A
LA ORILLA DEL
Anónimo
¿Crees en los duendes?, me cuestioné con esta pregunta la primera vez que tuve esta experiencia, puesto que no creía en cosas de este tipo, pensaba que eran inventos de la gente, pero me di cuenta que no es así.
Todo comenzó
cuando como de costumbre visite a unos primos en un pueblo llamado loma plan, yo
trabaja en el maíz, por lo que viajaba constantemente, mi última parada era con
ellos y por lo general siempre terminaba de noche, por lo que ya no regresaba a
mi casa y me quedaba a dormir en el tráiler en el que viajaba, nunca me había
pasado algo fuera de lo común hasta este día.
Me dirigí
al camión, cerré las puertas y me dormí.
A la mañana siguiente sentí mucho frío, abrí los ojos y me percaté de que no estaba en el carro, me levanté y para mi sorpresa estaba al lado de un río, pero no estaba solo.
Pues pude ver a personitas jugando con mi cabello, mis pies y mis manos, unos estaban riéndose, otros saltando de una piedra a la otra, no supe qué pensar, no pasaba nada por mi mente, solo me los quité de encima y corrí hacia la casa más cercana, una señora abrió la puerta preguntándome si estaba bien y que era lo que me había pasado, con los nervios a flor de piel salieron unas palabras de mi boca: du du duendes.
La señora
me dejó entrar a su casa y me dijo que en la madrugada en esa parte del río hay
duendes, suelen hacer travesuras a desconocidos o personas que no crean en
ellos.
Pensé que
todo lo que había pasado había sido producto de mi imaginación, pero no, no fue
así, esa noche había vivido mi primera experiencia con unos hombrecitos
llamados: los duendes.
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